jueves, 30 de abril de 2009

No quiero morir...


A puertas de una pandemia mundial, y con el riesgo de contagiarnos de una enfermedad mortal, me entró derepente un pánico terrible, no, no era el miedo a la muerte en si, sino el miedo de morir sin haber hecho todo lo que quiero hacer en mi vida.

Tienen que suceder cosas así, para que te pongas a pensar en qué has logrado en tu paso por la tierra, si es que has logrado algo, y en cuánto te falta por lograr.

A mi no me gustaría morir ahora, siento que tengo tantas cosas por hacer y por vivir todavía. He aquí algunas de las principales:

Tener mi propio bar: es un sueño desde que escuché la primera canción de Los Beatles, tener mi bar con un ambiente que te transporte a otras épocas, las buenas épocas, con buena música, y sentarme ahí a reunirme con los buenos patas a conversar de tal disco y de tal película y de aquel libro, todos los días sueño con eso.

Tener mi propia empresa de Comunicación Integral: donde todos los empleados estén tan locos como yo, donde todos vayamos mismo hippies, donde no solo nos preocupemos de hacer publicidad para algunas empresas o de preocuparnos por su imagen, si no de verdad hacer algo bueno por el mundo.

Conocer Paris y Grecia: mi obsesión por Paris se debe a que muchos grandes artistas han residido en algún momento de su vida en la Ciudad Luz, han escrito en sus famosos cafés, han pintado a orillas del Sena, y simplemente creo que cuando caminas por las calles de Paris respiras en el aire pura bohemia. Y bueno la historia con Grecia es que desde muy chica siempre me ha fascinado la mitología griega, y conocer el país donde establecieron sus cimientos una de las civilizaciones mas grandes de nuestra historia, sería fabuloso.

Ver a AC/DC y a Iron Maiden en vivo: el pasado 26 de marzo me perdí de un acontecimiento histórico, los grandes, los más grandes de entre los grandes IRON MAIDEN pisaban suelo peruano para dar uno de los conciertos, disculpen, EL CONCIERTO mas grandioso de la historia del Perú, y yo no fui, yo que ya había comprado la entrada, que había estado soñando con esa noche, no fui, por razones que prefiero no recordar, pero tenía y aún tengo la esperanza de que regresen, pues así lo prometieron (y yo a Bruce le creo todo), no me perdonaría dejar este mundo sin antes verlos. Otra gran banda que muero por ver es a AC/DC, que se rumorea vendrán en setiembre, yo ya estoy ahorrando en mi chanchito para gritar Highway to Hell esa gran noche.

Y por supuesto, conocerte, a ti, a quien espero, a ti con el que las azoteas cobran otro significado, eso si sería lo más doloroso, morir sin haberte conocido.

Escribiendo esto me he dado cuenta que todas mis metas son a largo plazo, por lo cual necesito metas a corto plazo, pero es que creo que esas ya las logré, porque ahora me siento muy feliz con mi vida, pero nunca esta de más fijarse nuevas metas a corto plazo, empezaré con solucionar esta obsesión que tengo por las azoteas y que aún no he podido cumplir, ¿alguien quiere acompañarme?.

viernes, 24 de abril de 2009

...

Y es que cuando quiero y más quiero
el seguir queriendo hace que mi vida quiera detenerse por un momento
y cada vez que te siento, mi cuerpo se eriza, y soy como un detector,
un detector de tus silencios, de tu sigilosa huida, de la primero, segunda y tercera venida, de mi resurrección en el séptimo día, de mis lágrimas que brotan porque probé un poco de ti y ahora … exacto… ¿y ahora?
Ahora… ahora me dio ganas de querer, de querer locamente a alguien,
de mandar a la mierda al mundo y de solamente querer locamente a alguien
pero tú, vienes y te vas.
Es que esa azotea sigue vacía, ese tocadiscos ya está rayando el lp, esa hierba ya está fumada por otro , ya amaneció hace quince días y yo ya morí hace cien…
Te escucho, te huelo, te siento, me miento… lo siento… es difícil seguir resistiendo…
Es que hoy amanecí con ganas de querer locamente a alguien...
De pasar horas y horas en Starbucks, de ver la Naranja Mecánica juntos, de embriagarnos en Bohemios mientras rockeamos, de simplemente echarnos en la cama a escuchar The Rain Song mientras únicamente nos miramos, de hacer el amor al ritmo de The Doors, de azoteas, de Pink Floyd, de canciones, de poemas, de madrugadas enteras hablando de que somos dos puntos en un inmenso planeta…
Y es que hoy amanecí con ganas de querer locamente a alguien…
A C É R C A T E

viernes, 17 de abril de 2009

Carta pa ti, sí, para ti - parte IV

Si, es cierto, todos los rumores que escuchaste son ciertos, “every single one” como diría Luciana, ¿te hablé de Luciana?, creo que no, bueno te hablaré de ella mas adelante.

Es verdad, no te saludé, entonces comenzaré con un Hola ¿cómo te va?, o tal vez no debería preguntarte nada porque nunca me responderás, la única carta que recibí de ti, si es que a eso se le puede llamar carta, tenía escrita una sola frase: “¿Es verdad?”

Bueno ya te contesté, que si, es verdad, se llama Rodrigo, es músico (para variar) toca batería básicamente, pero en realidad toca de todo, como tú (imagínate eso con tono sarcástico por favor, sé que lo harás, igualmente); es amigo de Luciana, la que te mencioné al principio, ella también va para Literatura, mientras que él estudia Artes.

Lo conocí en una “sesión de humo” en la casa de Luciana, bueno antes de describirte a Rodrigo , mejor te cuento quién es Luciana, si la vieras te aseguro que hubieras querido levantártela.

Luciana…. Lula para los amigos, Lula es una niña bien, de padres muy adinerados, aparentemente parece ser una chica común y corriente, muy linda, alta, parece una modelo, a parte esta obsesionada con la moda, parecería una de esas chicas superficiales a las que estabas acostumbrado antes, pero no, es muy inteligente, tiene escritos ya como 3 novelas y una infinidad de poemas, a parte es muy buena persona, y muy comprometida con el cuidado de la naturaleza, pareciera una hippie moderna. Rodrigo es su mejor amigo, se conocen desde muy pequeños, sus padres son amigos y además estudiaron juntos en el colegio.

Continuando con mi narración, como te decía, conocí Rodrigo en casa de Luciana, como suele suceder cada vez que fumo, me entraron unas ganas locas de subir a la azotea, así que lo hice, sola; estuve ahí tan abstraída por la música mientras escuchaba “The Dark Side of the moon” y para hacer mas especial el momento, con una luna llena hermosa, cuando sentí que alguien me miraba, me volteé asustada, y ahí en un rincón de la azotea, estaba Rodrigo, dijo que había estado ahí desde hace un buen rato, y que estaba observándome, nos pusimos a conversar, resulta que a los dos nos gustaba Pink Floyd, que él también estaba obsesionado con Syd Barret, y que se sentía tan loco como él (se que esa parte te causará mucha risa), así nos pasamos hablando toda esa noche, pareciera que el tiempo no pasaba, y se nos dio el amanecer ahí, en esa azotea, cuando bajamos Luciana ya estaba durmiendo, y todos ya se habían ido, quedamos en encontrarnos en el bar más tarde (si, el bar sigue siendo el punto de encuentro).

Y así comenzó todo, empezamos a “salir” si es que se puede decir, nunca lo vimos como salidas, simplemente nos parecía muy divertida y reconfortante la companía del otro.

Y básicamente, esa es la historia, no se como llamar a lo que Rodrigo y yo tenemos, y tampoco quiero ponerle un nombre, sabes que odio las etiquetas, pero lo que te puedo asegurar es que no la paso tan bien con nadie desde hace mucho tiempo.

Espero que te alegres por mi ( eso no tenía nada de irónico) y que me dejes saber algo de ti.

Me despido deseándote una noche llena de café , libros, pucho y mucho Rock´n roll….. y porque no algo de alcohol también.

P.D: Saludos de Diana y … solo de Diana.

martes, 14 de abril de 2009

Estás cerca... te siento...