domingo, 8 de noviembre de 2009

Hasta nunca

No, nunca te lo perdonaré, ¿por qué me hiciste esto?, ¿por qué nos hiciste esto?, la verdad no sé porque me sorprende, todos nos lo esperábamos, pero quería pensar que te importábamos aunque sea un poco.

Recuerdo cuando te conocí, entraste al salón con esa boina de abuelito criollo, tenías el cabello todo revuelto y llevabas siempre contigo esa mochila con miles de parches que nunca llegaste a cambiar pues decías que era tu amuleto de la buena suerte.

Nuestra pasión por la lectura y la música hizo que inmediatamente nos hiciéramos amigos, tú, el chino, la loca de Crecia, el tímido Gary, Susie Blue y yo, éramos “El club de los cinco más uno”.

Inmediatamente nos insertamos a la bohemia barranquina de la época, no había fin de semana que no termináramos ebrios en la puerta de algún bar, los seis soñábamos con ser artistas y mirábamos a toda la facultad por encima del hombro, éramos mejores, y tú el mejor de todos.

Tu fijación por la muerte sacaba de quicio a Crecia que no hacía más que callarte y te decía “Vive, cojudo, vive”, a mi no me dabas miedo, ni me sacabas de quicio, pensaba que era una especie de fetiche, al igual que tu fijación por las mujeres perras o locas.

Eras el niño rebelde de la facultad, innegablemente inteligentísimo y atrevidamente arrogante como ningún otro, tenías muy pocos amigos, debo confesar que me sentía privilegiada por considerarme tu mejor amiga.

Nosotros queríamos cambiar el mundo, el chino con sus ideas comunistas y nosotros de graciosos que lo apoyábamos, sobretodo si había trago y pavas de por medio, en esas reuniones de los “intelectuales” que a ti te encantaba retar, muchas veces tuvimos que salir corriendo para que no se fueran encima tuyo.

Y cuántos corazones rotos, eras un Oliveira y tratabas a todas como a La Maga, con la pequeña diferencia de que en verdad tú no las amabas, para ti todas eran inferiores, nunca te vi enamorarte de ninguna, tú decías amarme, y yo me reía, y de ahí se lo decías Crecia y a Susie, éramos las mujeres de tu vida, según tú.

Y me reí más cuando después de una borrachera terminamos acostándonos, a la mañana siguiente lo primero que hicimos al vernos las caras fue echarnos a reír, y hasta lo contábamos como anécdota, nadie entendía nuestra amistad, todos pensaban que terminaríamos juntos, eso era imposible, el cariño que nos teníamos era diferente a cualquier otro.

Terminamos la U, todos teníamos ganas de publicar un libro, hacer una película o viajar por todo el mundo, hicimos muchos planes en nuestra fiesta de graduación a la que no fuimos por quedarnos en el Juanito haciendo los previos que duraron toda la noche, madrugada y mañana del día siguiente.

De repente te alejaste, ya no sabíamos nada de ti, andabas por Paris y lo siguiente que sabíamos era que estabas en el África. Cuando regresaste te aislaste tanto, cuando eras más joven también solías hacerlo, pero esta vez era diferente, no querías ningún contacto con nadie.


Y hoy te enterramos, y te odio, te odio Daniel Cox, te odio porque lo hiciste, te mataste egoístamente, siempre pensando solo en ti, en tu maldito pasatiempo de jugar a la ruleta rusa con tu vida, en cumplir tu sueño de sentir como era morirse, ¡No se siente nada idiota, si estás muerto!, los que sentimos somos nosotros, y nos dejas con las heridas abiertas y con miles de preguntas y ni siquiera te despediste, te odio más porque no puedo odiarte, porque estoy llorando al lado de tu féretro, escuchando esa canción de Nacho Vegas que me hiciste prometer que te la pondría en tu velorio, ¡Maldito desgraciado! ¡Por qué te querré tanto, mierda!

Sé que te alejaste porque te estabas contaminando, así nos decías, te asqueaba la sociedad, el dinero, lo mundano, te asqueaba trabajar para unos huevones que decían ser artistas, y tú, como era de esperarse, eras más que ellos ¿no?

En fin a servir café se ha dicho y hasta nunca…


El hombre que casi conoció a Michi Panero - Nacho Vegas

Es hora de recapitular las hostias que me ha dado el mundo.
Hoy vendrán a oír mi último adiós. Bien.
Uno a uno van llegando y yo los recibo en batín.
Y unos me llaman chaval y otros me dicen caballero.
Alguno no se ha querido pronunciar.
Yo una vez tuve un amor,pero si he de ser sincero
dije "no" en el altar y cuando digo no es no.
Fracasé una vez, fracasé diez mil y aun así alzo mi copa hacia el cielo
en un brindis por el hombre de hoyy por lo bien que habita el mundo.
¡Mirad, las niñas van cantando!
(Niñas): Shalalaralalá...
Y no me habléis de eternidad. No me habléis de cielos ni de infiernos.
¿No veis que yo le rezo a un dios que me prometió que cuando esto acabe no habrá nada más?
Fue bastante ya...
Nunca fui en nada el mejor,tampoco he sido un gran amante.
Más de una lo querrá atestiguar.Pero si algo hay capital,
algo de veras importante,es que me voy a morir
y cuando digo voy es que voy.
Lo he pasado bien, y casi conocí en una ocasión a Michi Panero,
y es bastante más de lo que jamás soñaríais en mil vidas.
¡Mirad, las niñas van cantando!
(Niñas): Shalalaralalá...
Dejadme preguntar: ¿Es esto el final? Y si es así, decid: ¿Me vais a extrañar? ¡Ah, veo que asentís pero yo sé que no!Qué lástima, no dejaré nadie a quien transmitir mi sabia;consideré insensato procrear.
Y diréis de mí que soyun viejo verde y cascarrabias,
y diréis muy bien,y cuando digo bien es bien.
¡Largo ya de aquí! ¿Qué queréis de mí?¿Es mi alma o es mi dinero?
Si de uno carezco y la otra esuna anomalía en esta vida.
¡Mirad, las niñas van cantando!
(Niñas): Shalalaralalá...
¡Y unos me llaman chaval, y otros me dicen caballero!
¡Alguno declinó mi oferta para hablar!
¡Yo una vez tuve un gran amor,
pero si os he de ser sincero dije "no" en el mismo altar,
y cuando digo no quiero decir que no!
He bebido bien, y casi conocí enuna ocasión a Michi Panero,
y ahora brindo en paz por la humanidad y por lo bien que habita el mundo.
¡Escuchad, os lo diré cantando!
(Viejo): Shalalaralalá...
Has...ta... nun...ca

Sintiendo sin sentir

Algunas veces, la gente pide no sentir, lloran y sufren y piden por favor, no sentir más, yo me pregunto ¿Qué tan horrible puede llegar a ser?

Todo comenzó desde que salí del vientre de mi madre, no lloré, los doctores me daban palmadas y trataban de arrancarme tan sólo un gemido, pero fue en vano, yo sólo me quedaba dormidita.

El siguiente recuerdo que tengo fue cuando accidentalmente jugando con mi hermano, lo empujé hacia una mesa y el se rompió el mentón, me gritaron terriblemente y además me castigaron, pero no sentía pena, ni remordimiento, él estaba bien, los doctores lo habían dicho, además fue accidental.

Cuando entré al colegio, hice una muy buena amiga, éramos inseparables, pero un día me olvidé de su cumpleaños, ella se enojó conmigo, yo le pedí disculpas, pero no me sentí mal al respecto.

Así fui creciendo, sin te quieros, sin abrazos, no era que me faltase atención, ni que nadie me lo dijera, pero simplemente no lo sentía.

Con el primer chico con el que estuve fue una experiencia muy tierna, al menos eso creo, llovían los te amo y los “happily ever after” pero yo lo decía porque era parte de… , era lo que todos se decían, además yo pensaba que sentía algo, ¿cómo iba a saber que no?, si yo no sabía que era sentir.

Luego vinieron muchos más chicos, yo ya no les decía nada, a ellos parecía no importarle, tenía la esperanza de que algún día sentiría algo por alguien.

Nunca me salió una lágrima cuando murió mi abuela, no lloré cuando me dejaron por otra, no me deprimí cuando le detectaron cáncer a mi hermano, no pude darle un sincero abrazo de consuelo cuando murió la madre de mi mejor amiga, nunca dije un verdadero “lo siento” y mucho menos un “te amo”, no me sentí mal cuando mamá me llamó perra y se fue de casa.

Ahora que mañana enterraremos a mamá, me pongo a recordar si alguna vez le dije si la quería, la verdad no me acuerdo, pero si la quería, ahora me doy cuenta que sí, que yo no lo sentía igual que los demás, pero la quería, a mi manera, extraña manera ¿no?; ¡Maldita manera mía!

La gente es muy estúpida, piden no sentir, no tienen idea de cómo se siente.